San Miguel de Allende 2

Con esta detención obligatoria, me he dado el tiempo de revisar mis métodos de comunicación y me he dado cuenta de qué tan equivocado puede estar uno en el momento que sigue al mainstream. Creo que eso le pasa a uno por dos razones: la edad y la hueva. Afortunadamente, a las dos se les puede dar fácilmente la vuelta.

Me he dado cuenta que pertenezco a una generación sorprendente, por razones muy diferentes; por un lado, tengo el privilegio de compartir credenciales con algunas de las mentes más brillantes de México, sobre todo en la comunicación. Y por otro lado, estoy rodeado de la gente más insulsa y poco imaginativa que ha pisado la Tierra. Y todos forman parte de mi círculo cercano.

Me he permitido en los últimos años convertirme lenta pero inexorablemente en uno más, en un replicador, que ha ido dejando poco a poco la originalidad para pasar a formar parte de la fila de carne de cañón que va directo al molino, como en aquella perturbadora imagen de The Wall. Es la falta de motivación creativa lo que me tiene así. Me he dedicado, en lo personal y en lo profesional a dar soluciones prehechas, recicladas y preconcebidas que sorprenden por la única razón que mi público está peor que yo. Y esto, que debería ser un consuelo, hace que me moleste más por haber caido en el jueguito.

Quiero explorar tres cosas: la producción de TV pero en serio, no las mierdas mexicanas que nos están secando el seso; los desarrollos online, porque para allá vamos todos; y la fotografía, que he abandonado. Y quiero empezar a armarme una nueva manera de vivir poco a poco, un poco más feliz y motivado.

Por ahí me dijeron que el verdadero peligro del internet es que cualquiera puede dar su opinión;  y también leí que estos foros no son open mike nite y que hay que escoger muy bien la rola que se quiere cantar. Y como decía mi abuelita, "y así es como en todo". Si quiero remar a contracorriente y ser referencia de algo. Aunque sea de ejemplo de cómo no se deben hacer las cosas.

Continuamos...