lunes, 13 de julio de 2009

Quejas, ¿a dónde se han ido?

Me he dado cuenta que desde que dejé de manejar de manera consistente he descubierto menos cosas de que quejarme de la ciudad. Releyendo la Chiangachinga ha perdido su espíritu quejumbroso y hasta propositiva se ha vuelto.

¿Será que el verdadero mal de esta ciudad sea el tráfico?

Continuamos...

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