viernes, 20 de febrero de 2009

¿Polis de la entrada u obras en la ciudad? Mmmhhh...

Hay veces que la cantidad de cosas que pasan en esta ciudad me abruman. Hoy venía con toda la intención de hablar de la obras en la ciudad y cómo afectan la dinámica en todos los niveles (desde el tiempo perdido hasta los niños que no salen al recreo), pero tuve una grabación hoy que me orilla fuertemente a hablar de uno de mis temas favoritos: los polis de los edificios.

Si, ya se. Toooodo mundo ha escrito acerca del micro poder que estos orangutanes ejercen. Que si es un asunto de revancha social. Que están haciendo su trabajo y pobrecitos, hay que entenderlos y respetarlos. Yo la neta los odio, porque en mi posición y dinámica de trabajo, tengo que lidiar con ellos varias veces al mes.

De vez en cuando, los clientes nos solicitan una grabación en sus oficinas, normalmente para grabar ejecutivos que no pueden salir (yo creo más que por pose que por otra cosa). El caso es que, invariablemente, estamos obligados a pasar por una serie de filtros en los que tenemos que lidiar con una de los eslabones más bajos de la raza humana: el poli de la entrada.

Estos personajes se comportan como dueños del edificio, eso ya lo sabemos todos. Pero, por lo memos para mi, la parte más desesperante es tratar de ingresar a una oficina con algo distinto a lo que uno trae puesto. Yo no se que indicaciones les den sus "superiores", pero el caso es que nunca creen que uno es quien dice ser, siempre hay un papel que no les mandaron, no es por esa entrada, no puede meter nada que pese más de 10 kilos por el elevador, los ascensores de carga sólo funcionan para residentes del edificio, ¡¡su IFE ya venció!! (esta es mi favorita), por aquí no puede entrar y de eso me encargo yo (esta es la joya que escuché hoy), no está en la lista...

En fin, me podría pasar la tarde enumerando las malas experiencias que he tenido con polis de la entrada. Y porque en los lugares más insospechados he tenido buenas (en la PGR por ejemplo), me deja pensando: ¿será que de verdad es tán dificil ayudar a las personas a hacer su trabajo? ¿quién es el imbécil, el poli con el que todos amamos pelear o su "superior", esa figura que nunca dá la cara y que prefiere mandar a un pobre cuate que apenas tiene la secundaria a cubrir una entrada? Los imagino perfecto en sus juntas matutinas, con todo este lingo policiaco que se fusilan de alguna serie gringa, poniéndose nombres mamilas como "topo", "águila1" y "zorro dorado" y viendo todo excepto como hacer que los visitantes que van al edificio se sientan seguros, apoyados y orientados de cómo entrar, salir, meter y sacar cosas. Nomás no entiendo.

Creo que los polis de los edificios ganaron hoy.

Continuamos...

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